La Difícil Tarea De Cambiar El Uso De Dispositivos De Audio Entre Los Jóvenes
Un estudio suizo ha analizado las costumbres de los jóvenes a la hora de utilizar aparatos de audio y su predisposición a cambiarlas, con el objetivo de identificar los factores modificables que influyen en ellas.
El estudio llevado a cabo en Suiza concluye que aquellos individuos que no se plantean cambiar sus hábitos de uso presentan falta de conocimiento, no suelen sentirse particularmente en situación de riesgo y no contemplan los beneficios de las medidas de precaución. Por otro lado, aquellos que se plantean modificar sus hábitos se encuentran con obstáculos, como, por ejemplo, falta de información sobre cómo actuar. Según el estudio, la autoeficacia parecía desempeñar un papel ambiguo.
Hábitos de escucha
Los encuestados declararon que, de media, escuchaban música a través de sus dispositivos más de cinco días a la semana. Cerca de la mitad (42,3%) lo hacía además entre una y dos horas diarias.
Una clara mayoría de los encuestados (86,9%) afirmaba que el volumen al que solía escuchar música equivalía a un ruido de 85 dB o menos. Prácticamente la mitad de los participantes manifestaba que, mientras escuchaban música en sus dispositivos, algún tercero les había pedido bajar el volumen (46,2%).
Consecuencias de estos hábitos
Más de la mitad de los participantes afirmaba haber notado un pitido en los oídos (el tinnitus) en al menos una ocasión (54,4%) y casi dos tercios (61,6%) manifestaba haberlo sentido después de escuchar música a través de sus aparatos de audio.
Sensibilización y conocimiento
Casi todos los participantes en el estudio (95,4%) eran conscientes de que escuchar música a todo volumen con auriculares u otros dispositivos similares podía dañar su audición, mientras que alrededor de tres de cada cuatro sabía que escuchar sonidos por encima de los 85 dB durante un tiempo prolongado podía causar daños de tipo irreversible (75,8%) y que la cantidad de tiempo que uno pasa escuchando ese sonido es directamente proporcional al daño causado (72,2%).
Ideas sobre la pérdida auditiva
A pesar de que los encuestados percibían en gran medida la pérdida auditiva como un asunto de gravedad, lo cierto es que el índice de aquellos que se sentían susceptibles de verse afectados era relativamente bajo.
Casi la mitad de los encuestados (43,1%) se encontraba en el escalón previo al planteamiento de un posible cambio; es decir, no tenían en mente adoptar ninguna medida en pos de una escucha segura en un futuro cercano. Alrededor de un tercio (30,9%) se lo estaba planteando, por lo que tenía previsto tomar medidas a corto plazo. Solamente alrededor de uno de cada cuatro participantes (26%) se hallaba en la fase de acción; en otras palabras, ya había tomado riendas en el asunto.
Desean saber más
En general, más de la mitad de los encuestados (54,9%) mostraba interés por recibir información sobre la escucha segura y las maneras de prevenir la pérdida auditiva inducida por la música (MIHL, siglas en inglés). Dicho término (MIHL) ha sido acuñado para describir un trastorno similar a la pérdida auditiva inducida por ruido (NIHL, siglas en inglés). Sin embargo, a diferencia del ruido, considerado un sonido no buscado, la exposición a la música a través de los dispositivos de audio suele producirse a propósito.
Información sobre el estudio
El estudio se realizó a partir de una encuesta online entre 1.019 individuos con edades comprendidas entre los 18 y los 35 años. El cuestionario se basó en teorías del cambio de comportamiento. Un poco más de la mitad de los participantes eran mujeres (54,1%), la media de edad era de 28 y la mayoría de los participantes tenían estudios universitarios (51,8%).
El estudio, Awareness, attitudes, and beliefs about music-induced hearing loss: Towards the development of a health communication strategy to promote safe listening («Sensibilización, actitudes y creencias sobre la pérdida auditiva inducida por música: Hacia el desarrollo de una estrategia de comunicación sobre salud para promover la escucha segura»), se publicó en la revista Patient Education and Counseling en 2019.
Vía: Hear-it