Cómo quitar el agua de los oídos en 3 pasos

Tener algo de agua en los oídos es una situación muy común y que a todos nos ha pasado en alguna ocasión. Al salir de la ducha o en verano tras bañarnos en la piscina o en la playa pueden quedar restos de agua en el oído llegando a ser bastante molestos. Seguro que, en estos casos, te han hablado del truco de sacudir la cabeza o saltar para que salga el agua que se te ha metido en el oído. Quizás no sepas que lo estabas haciendo mal, al menos así lo indica un último estudio elaborado por algunos investigadores.
El estudio que no aconseja sacudir la cabeza para eliminar el agua de los oídos ha sido elaborado por la Universidad de Cornell (Estados Unidos) y asegura que, si lo hacemos, podría dañarse nuestra salud auditiva e incluso, al cerebro. No se trata de una prueba clínica, ya que no participaron personas en la muestra, pero sí se trata de una alerta para tener cuidado y evitar esta práctica.
Somos conscientes de que tener agua en el oído es una situación muy molesta como puede ser tener un tapón de cera. Desde Audifón te vamos a explicar cómo quitar el agua de los oídos sin dañarlos. Tan sólo tienes que seguir estos 3 pasos:
No saltes ni sacudas la cabeza
Este movimiento puede acabar perjudicando a la salud de tu oído, más allá de tener los oídos taponados, y al cerebro debido a las fuerzas de aceleración implicadas en la expulsión de agua del conducto auditivo humano según confirma el estudio que te mencionamos al principio de este artículo. ¿Cómo puedes entonces eliminar el agua? Espera a que el agua desaparezca por la propia fuerza de la gravedad en unas horas, y si no desaparece, acude al otorrino para acabar con el taponamiento. Prueba también a acostarte de lado o mover el lóbulo de la oreja para que el agua sea expulsada hacia fuera del oído.
Seca el oído con una toalla
Hazlo suavemente para hacer que el agua del oído se evapore. Usa siempre una toalla para limpiar los oídos y los de tus niños después de la ducha y olvida los bastoncillos de algodón, porque ya sabes que no son una buena recomendación para la limpieza auditiva. Recuerda que el oído es un órgano que se limpia solo y que sólo tenemos que secar ayudándonos de una toalla.
Especial cuidado en los niños
El oído de los niños es más vulnerable a sufrir otitis por la sensibilidad mayor frente a los adultos. Los protectores auditivos como por ejemplo, tapones auditivos o bandas de neopreno son aconsejables si habitualmente hacen natación. Evitar la famosa otitis del nadador es importante si no queremos que pasen por infecciones, hinchazón o hemorragias auditivas.
¿A qué causas se debe el dolor de oído?
Antes de preguntarnos qué podemos hacer si nos duele el oído, éstas son algunas de las causas principales por las que tenemos molestias en el oído:
Causa por agua

Tanto el calor como la humedad son dos de los enemigos del oído. La continua exposición al agua favorece la presencia de bacterias y hongos, sobre todo en los más pequeños. El contacto del agua con el oído es una de las causas más frecuentes de la otitis y además, puede que el oído empiece a oler mal por la presencia de pus.
Dolor de garganta
A veces el dolor de garganta se siente también en el oído, ya que los nervios de la parte posterior de la garganta pasan muy cerca de los nervios del oído. El oído y la garganta se comunican entre sí, y por ello si nos duele al tragar, el dolor remite en el sistema auditivo e incluso en dolor de cabeza. Por eso, en catarros y constipados es conveniente que nuestro médico de cabecera nos revise los oídos con un otoscopio para descartar infecciones o mocos en el oído.
Pitidos en el oído
Se suele decir que cuando nos pita el oído derecho es buena señal porque significa que alguien está hablando bien de nosotros. Más allá de este dicho, el porqué de que nos piten los oídos se debe a: un fuerte ruido, al exceso de cera o tras haber sufrido una lesión auditiva.
Ahora bien, si escuchas ruidos zumbidos constantes en los oídos, estos pitidos se conocen con el nombre de acúfenos. Acude a hacerte tu revisión auditiva para evitar que los pitidos desemboquen en otras enfermedades de oído más graves.
Si es clave proteger los oídos en verano por el constante contacto con el agua y la humedad, no debes olvidar de hacerlo también en invierno ya que las bajas temperaturas también influyen en la sensibilidad de la salud del oído. Si aplicas estos consejos, seguro que tus oídos estarán más sanos que nunca.
Fuente: Audifon.es